12/28/2006

Se acerca peligrosamente

Se acerca peligrosamente. A lo lejos, ya la voy viendo venir. Sus luces se van haciendo cada vez más presentes, y pronto llegará el maldito día en el que me cegarán, recordando que, como cada año, está aquí de nuevo, con su sonrisa falsa y su fría estampa. No pudo evitar nuestro reencuentro, por más que lo intento. Pasee por donde pasee sé que voy a ir encontrándome indicios que me siguen anunciando su llegada. Sé que por mucho que la repudie, veré como otros cientos la reciben con los brazos abiertos. Mientras yo la rehuyo, sigue su avance impasible. Cada vez son mayores sus llamadas desde la lejanía desde la cual me saluda y que cada vez mengua más en distancia y tiempo.
Me despierto un día, y su azote en mi nuca viene de la mano de un encuentro entre dos transeúntes a la salida de mi portal: ¡Hombre, buenas! Feliz Navidad...
Sí, ya me ha cogido, ya se ha abalanzado sobre mi ciudad y la ha inundado de consumismo y sonrisas de quita y pon. Y de propósitos de un año nuevo...que debe ser el 2045, por ejemplo, porque el famoso AÑO QUE VIENE debe ser que no llega nunca, porque nunca veo esos propósitos a lo largo del año siguiente, el cual transcurre después de estos últimos días que, como una muerte real, son la agonía de un año que muere, y dan paso a otro que parece que finalizará bajo el mismo clima repugnante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi la Navidad tampoco me va, ni fu ni fa (parece la letra de un villancico, o más bien de un anti-villancico) y cada año menos, pero lo cierto esque voy a hacer un poco de abogado del diablo y defenderla. Imaginad que no existiese. Que este período que abarca algo más de dos semanas fuese igual que el resto del año. La misma rutina de mierda. No habría diferencia entre un 15 de diciembre y un 15 de enero. Creo que es necesaria en el sentido en que marca un poco el tempo del año, como si fuese un metrónomo. Le da ritmo al paso del tiempo, como el segundero al reloj, el apoyo del talon al caminar. Este corto impasse de tiempo a mi personalmente me ha servido para juntarme con la gente que me importa y a la que despues de 4 meses ya echaba de menos. Se que el 99.9 % de las buenas intenciones en estas fechas son más falsas que Judas (por poner un ejemplo Bíblico), sin hablar de la mierda de fiebre consumista que infecta a la mayoría de la gente (y en la que me incluyo muy a mi pesar) pero por lo menos me reconforta un poquito pensar que el 0.01% de ellas sea una realidad y permitan a algunos intentar ser un poco más feliz (¿?) sea lo que sea lo que quiera eso decir.